Esta muestra, que une el trabajo de diferentes generaciones de una misma familia, se puede visitar hasta el 30 de mayo
La sala de exposiciones de la Casa Joven acoge la exposición “La huella de la vida”, de Dolores Gil Utrero y Güilty. Abuela y nieto se unen en esta muestra, con trabajos de ambos, para acercarnos a la filosofía de vida de esta autora, inspirada en la naturaleza y el sonido del viento.
Fue la propia unión que hubo entre Dolores Gil y su abuela, la que motivó a esta autora, que ahora es ella misma abuela, a fomentar esa relación con sus nietos a través de los trabajos de pintura que realiza con ellos, en los que les anima a mostrar su creatividad, a trabajar sin miedo al resultado y, sobre todo, a exponer sus trabajos, ya que como ella misma señala, “la mirada del otro devuelve al creador una parte que no conocía de su propia creación”.
Desde pequeña, Dolores Gil sentía que los colores ejercían sobre ella una fuerza que la impulsaba a pintar y según indica “dibujar y pintar, fue y es, soñar”. Esta autora ha encontrado en la pintura una forma de conectar con la vida, para no perderse ni un matiz de su día a día. Es en el momento de comenzar la obra cuando decide que quiere contar y con qué técnica, lo que hace que sus trabajos estén llenos de frescura, caracterizándose por un estilo sencillo, libre y sin normas.
En esta muestra se pueden encontrar tanto óleos como acrílicos, pasando por acuarelas, rotuladores o creaciones hechas a bolígrafo, donde plasma personas, paisajes y calles cargadas de vida.
La exposición se puede visitar en la Casa Joven hasta el 30 de mayo.